lunes, 5 de mayo de 2008

Fragmento de "Tokio Blues (Norwegian Wood)", de Haruki Murakami

"Por fin Hatsumi tomó el tenedor y el cuchillo y empezó a comer la lubina.
- Por lo menos podrías dejar en paz a Watanabe.
- Watanabe y yo nos parecemos, no creas- continuó Nagasawa-. Los dos somos incapaces de interesarnos por nadie que no sea nosotros mismos. Dejando de lado que uno sea arrogante y el otro no. A ambos sólo nos interesa qué pensamos, qué sentimos, qué hacemos. Por eso no podemos pensar en nadie más. Eso es lo que a mi me gusta de él. Pero todavía no tiene plena conciencia de ello y a veces duda, se siente herido.
- ¿Hay algún ser humano que no dude y no se sienta herido?- reflexionó Hatsumi-. ¿Estás diciéndome que tu jamás has dudado ni te has sentido herido?
- Es obvio que yo también dudo y me siento herido. Pero eso, con disciplina, puede mitigarse. Incluso las ratas aprenden a elegir el crcuito donde reciben menos descargas eléctricas."

1 comentario:

Noé dijo...

Las dos últimas críticas que había recibido del libro eran bastante parecidas: a una de mis exnovias dejó de gustarle al mismo tiempo que yo; en cuanto a la otra, tengo la sensación de que lo leyó sólo porque yo se lo había prestado. Las dos me dijeron más o menos lo mismo: típico, algo cursi, olvidable...
Con estos antecedentes, confieso que releía "Tokyo Blues", con bastante temor. Y lo estaba encontrando muy típico y bastante cursi, la verdad, hasta que Hatsumi cogió el tenedor y el cuchillo, por fin.
Y entonces yo encontré la excusa que andaba buscando para salvar de nuevo de la quema este libro,que siempre recordaré con cariño.